Nombres, IA y geopolítica: lo que revelan estas noticias tech de 2025

En un momento en que la tecnología avanza entrelazada con modelos de negocio y fricciones geopolíticas, cuatro historias recientes muestran cómo las reglas del juego cambian para empresas, desarrolladores y usuarios. Desde la monetización de identidades digitales hasta las promesas y frenos de la IA, pasando por una China cada vez más autónoma en hardware y una WhatsApp que redefine quién gestiona la IA en sus mensajes, el panorama tech se vuelve más estratégico y, a la vez, más humano en su impacto.

Handles: la tienda de nombres de usuario que convierte la identidad en un activo de pago

El ecosistema de X (antes Twitter) ha presentado Handles, un servicio que permite comprar nombres de usuario. Mientras los nombres simples pueden ser gratuitos, los usuarios que paguen el plan Premium+ acceden a una tienda de nombres de usuario, y la compra de arrobas avanzadas puede costar entre 2.500 y hasta 1 millón de dólares, dependiendo de la demanda. Si alguien mantiene el nombre adquirido, debe seguir pagando Premium+ para conservarlo; suspender la suscripción devuelve el nombre a la lista de disponibles. Además, al cambiar de nombre, el antiguo queda reservado y se ofrece la redirección para mantener los enlaces activos. Con este movimiento, X extiende una práctica ya conocida para cuentas empresariales a usuarios regulares dispuestos a pagar por una identidad más buscada en la red social de Musk.

IA, promesas y realidad: la lección de GPT-5 y Erdős

Una noticia que ha generado discusión es la expectativa alrededor de GPT-5 y ciertos avances en matemáticas. Investigadores de OpenAI afirmaron haber trabajado con soluciones para problemas de Erdős, pero la interpretación resultó ser exagerada. Un matemático experto aclaró que lo que estaba en juego era la apertura de problemas en un sitio de referencia, y que GPT-5 no resolvió esas cuestiones; simplemente ayudó a buscar investigaciones relevantes. Aunque la exageración desató críticas de figuras como Demis Hassabis y Yann LeCun, también se reconoció que estas herramientas pueden acelerar tareas de revisión de literatura y apoyar al progreso de la investigación. En este contexto, la promesa de una IA cada vez más capaz convive con la necesidad de una comunicación clara y verificada sobre lo que realmente puede conseguirse hoy.

China y la redefinición del hardware de IA

La carrera por la independencia tecnológica ha llevado a China a prohibir, en septiembre de 2025, la adquisición y uso de chips Nvidia para pruebas y desarrollo de IA. Empresas como ByteDance y Tencent recibieron instrucciones para cesar pedidos futuros. Este veto se enmarca en una acusación de prácticas antimonopolio ligada a Mellanox y forma parte de un tablero geopolítico más amplio en el que Estados Unidos y China buscan posicionarse con infrastructuras propias. Paralelamente, Alibaba anunció avances en un chip propio diseñado para competir con el rendimiento del modelo H20 de Nvidia, y se observa el surgimiento de un nuevo modelo de IA nacional que promete ser más económico de operar. Sin embargo, analistas señalan que la autosuficiencia total aún es cuestionable, pues algunos actores chinos recurrirían a redes de terceros para mantener el acceso a chips de Nvidia. Este episodio ilustra cómo la IA se ha convertido en un campo de batalla estratégico y cómo la innovación local coexiste con restricciones y dependencias globales.

WhatsApp Business y el control de la IA en la mensajería empresarial

En otra dirección, Meta anunció que su API de WhatsApp Business prohibirá, a partir del 15 de enero de 2026, el acceso a chatbots generalistas de terceros —como ChatGPT, Luzia o Perplexity— dejando como único asistente generalista a Meta AI. Con más de 3.000 millones de usuarios activos mensuales en la plataforma, la medida consolida el control de Meta sobre la experiencia de IA dentro de su ecosistema y subraya la idea de que la IA debe ser una función auxiliar, no el producto principal. Luzia, un chatbot que ganó popularidad por transcripción automática de audios, deberá migrar su base de usuarios a aplicaciones nativas o adaptarse a un modelo de negocio distinto. Esta decisión marca un nuevo capítulo en la relación entre mensajería masiva, IA y monetización, y plantea preguntas sobre la innovación abierta versus la integración controlada en grandes plataformas.

En conjunto, estas historias muestran un sector que aprende a equilibrar innovación, monetización y seguridad operativa. Nombres de usuario como activos, promesas y límites de la IA, estrategias industriales ante la geopolítica y el control de plataformas masivas forman un rompecabezas que afecta a desarrolladores, empresas y usuarios comunes. La industria tech parece navegar entre grandes avances y la necesidad de claridad, transparencia y modelos de negocio sostenibles que realmente sirvan a usuarios y a la economía global.

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