Independencia de hardware, IA más realista y gobernanza a la carta: cinco noticias que están remodelando la IA en 2025

En 2025, la inteligencia artificial continúa tejiendo una red de decisiones que no solo afecta a los modelos, sino a cómo se ejecutan, se componen y se regulan. Cinco noticias recientes muestran una misma pauta: la necesidad de diversificar hardware, reforzar la capacidad de generación de contenido con IA y replantear la gobernanza de la información.

Independencia tecnológica está en el foco de Meta. La empresa anunció la adquisición de Rivos, una startup californiana que diseña GPUs y aceleradores basados en RISC-V, con el objetivo de reducir la dependencia de CUDA de NVIDIA y acelerar su propio acelerador de IA, el MTIA, desarrollado junto a Broadcom y fabricado por TSMC. En este tablero, Google, Amazon y Microsoft ya gestionan soluciones propias, lo que sitúa a Meta en una carrera para controlar un stack tecnológico más abierto y ágil.

Además de la compra, Meta ya había explorado otra vía: FuriosaAI. La empresa también anunció una inversión multimillonaria para un enorme centro de datos en Luisiana, con planes de gastar hasta 72.000 millones de dólares este año en infraestructuras de IA. Si Meta logra desarrollar un acelerador de IA basado en RISC-V capaz de sustituir a las GPUs actuales en sus operaciones internas, podría marcar un giro importante para la industria.

IA que genera y aprende avanza con Sora 2, la nueva generación de videos impulsada por IA de OpenAI. Con solo un prompt en texto, Sora 2 genera clips con mayor realismo y añade un motor de audio para dar más verosimilitud a las escenas. Aunque su despliegue es limitado y por ahora se ofrece por invitación, los clips ya demuestran movimientos fluidos y una naturalidad que podría dificultar distinguirlos de tomas reales.

OpenAI ha publicado varios ejemplos para ilustrar el nivel de detalle: fluidez de movimientos, diversidad de estilos y diálogos generados con voz que acompasa a las imágenes. Esta innovación refuerza el interés por la IA generativa como motor de contenidos, publicidad y entretenimiento, mientras las plataformas contemplan cómo gestionar el impacto social de estas creaciones.

Grokipedia es la visión de Elon Musk para una enciclopedia impulsada por IA que podría competir con Wikipedia. A través de su startup xAI, Musk propone que Grok lea páginas, distinga hechos y sesgos, y reescriba entradas de forma más precisa, combinando el formato enciclopédico con la interactividad de un modelo conversacional. El objetivo: una enciclopedia más inteligente, precisa y libre de sesgos ideológicos, que diversifique el ecosistema informativo y reduzca la dependencia de una única fuente de conocimiento. Este proyecto llega en un momento en que la Wikipedia es una fuente clave para entrenar grandes modelos de IA, lo que añade presión y relevancia al tema.

La burbuja de las neoclouds también está en el centro de la conversación. Compañías como CoreWeave, Lambda Labs, Crusoe y Nebius han levantado miles de millones para construir infraestructuras basadas en GPUs de NVIDIA, pero dependen de un puñado de clientes y de la propia NVIDIA para su negocio. CoreWeave, por ejemplo, obtiene gran parte de sus ingresos de OpenAI a través de Microsoft, y mantiene acuerdos para adquirir capacidad de NVIDIA. El modelo es arriesgado: deuda elevada, ingresos concentrados y la posibilidad de que la demanda real de GPUs no coincida con las proyecciones, lo que podría desencadenar un ajuste que afecte a toda la cadena.

La inercia hacia la consolidación ya se nota: CoreWeave anunció la compra de Core Scientific por 9.000 millones en acciones, señal de que sólo los jugadores grandes lograrán sobrevivir en un entorno de deuda y volatilidad. En este contexto, la discusión sobre cuándo y cómo se ajustará el mercado de GPU se vuelve central para el futuro de la IA empresarial.

Una Europa que mira más allá de la regulación también aporta una pieza al rompecabezas. El análisis de Enrique Dans destaca que Europa está buscando un camino para el desarrollo de la IA que vaya más allá de las reglas actuales, fomentando un marco para un futuro de IA más allá de la simple regulación. Este enfoque sugiere que la conversación global sobre IA no es solo tecnológica, sino también de gobernanza, seguridad y ética, con impactos en investigación, negocio y sociedad.

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