El panorama tecnológico de 2025 se lee como un hilo conductor: IA que llega a lo cotidiano, aprendizaje abierto y herramientas que permiten crear, colaborar y controlar con mayor facilidad. Tomemos cinco ejemplos recientes que muestran la velocidad de este cambio y sus implicaciones para empresas y usuarios.
Comenzamos en el hogar con LG y Samsung, dos ejemplos de cómo la IA ya está empujando los electrodomésticos a otra dimensión. LG presenta una lavadora de carga frontal de 20 kg con motor de Inteligencia Artificial que detecta la carga y el tipo de tejido, reduciendo hasta un 10% el desgaste de la ropa. Su tecnología TurboWash 360™ permite completar un lavado en 39 minutos, con el sistema 6 Motion DD que adapta seis movimientos para cuidar cada prenda. Añade vapor Steam™ para eliminar el 99,9% de alérgenos y un motor Inverter Direct Drive silencioso, con garantía de hasta 10 años. En precio, la oferta destaca: 752,87 € en la tienda de LG, frente a un precio habitual de aproximadamente 849 € en otros comercios. Por su parte, Samsung propone una lavadora de 9 kg con motor Digital Inverter y AI EcoBubble que reduce hasta un 20% el consumo sin perder eficacia. Cuenta con 23 programas, lavado con vapor y conectividad Wi-Fi con SmartThings. Su precio rebajado es de 479 €, frente a alrededor de 700 € en tiendas como PcComponentes, Miravia o Fnac. Ambas muestran una tendencia clara: la IA y la conectividad elevan el rendimiento y la comodidad en tareas cotidianas y, al mismo tiempo, se vuelven una motivación para comparar y competir entre marcas.
La IA también se acerca al aprendizaje y la formación. Un curso gratis y en directo sobre Desarrollo con IA, organizado por MoureDev y con la colaboración de reconocidos expertos como Nerea Luis y Carlos Azaustre, ofrece tres clases en directo los días 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre a las 18:00 CET. No solo es una oportunidad de aprender sin coste, sino que al finalizar se puede obtener un certificado y descargar apuntes para repasar. Es un claro indicio de que el conocimiento en IA está cada vez más accesible y que la educación formal y la comunidad pueden colaborar para acelerar el aprendizaje práctico.
En el ámbito de la creación y la creatividad, Google impulsa Gemini con una herramienta photo-to-video que transforma imágenes o textos en clips de video de ocho segundos con sonido y efectos. Disponible para usuarios de Google AI Pro y AI Ultra, permite generar hasta cinco videos diarios y entrega resultados en formato horizontal 16:9. Los videos incluyen marcas de agua y una firma digital (SynthID) para certificar su origen generado por IA. Esta función potencia la previsualización de conceptos y facilita a productores y creadores presentar ideas de forma rápida y visual, aunque requiere prompts bien especificados y práctica para lograr resultados óptimos.
Google también está cambiando la forma en que trabajamos con la personalización de IA a través de Gemini Gems. Ahora es posible compartir estos asistentes personalizados entre usuarios mediante una función de Compartir similar a la de otros documentos en la nube. Los Gems pueden configurarse con permisos de visualización, uso o edición, y se ha expandido su disponibilidad a Gemini Business y Enterprise, llegando a más de 150 países. Además, se ha añadido la capacidad de subir archivos para que los Gems trabajen con documentos concretos, lo que abre la puerta a un ecosistema de Gems reutilizables y colaborativos. Todo ello se acompaña de controles de privacidad para asegurar que cada usuario decida qué puede hacer quien comparte su Gem.
En medio de estas dinámicas de innovación, surgen también preguntas relevantes. El titular Reddit quiere renegociar su rol en la IA de Google apunta a tensiones y reordenamientos en el ecosistema de IA entre plataformas y proveedores, recordando que la adopción generalizada de estas tecnologías está acompañada de negociaciones sobre acceso, control y modelos de negocio. Este tipo de movimientos subraya la necesidad de claridad y cooperación entre actores para que la IA siga impulsando la productividad sin perder de vista la seguridad y la confianza de los usuarios.
En conjunto, estas historias muestran un ecosistema donde la IA ya no es solo un tema de laboratorio: está integrada en productos de consumo, en rutas de aprendizaje abiertas y en herramientas que potencian la creatividad y la colaboración. El aprendizaje se democratiza, la tecnología se comparte y la experiencia del usuario se enriquece con controles claros, conectividad y una promesa cada vez más tangible de que la IA puede estar a la vez al alcance de la mano y en la nube de forma responsable.