IA en 2025: oportunidades históricas, guerra de chips y el nuevo péndulo de la confianza

La inteligencia artificial está definiendo el pulso tecnológico de 2025 con una mezcla de ambición, cautela y realismo. Desde el optimismo de quienes ven una ola inédita de creación de valor hasta la presión geopolítica por el suministro de chips y las dudas sobre la privacidad, el sector avanza entre señales potentes que conviene leer de forma conjunta.

La oportunidad para emprender existe, pero no es lineal

Sam Altman, CEO de OpenAI, sostiene que la Generación Z es “la más afortunada de toda la historia” porque la IA facilitará convertir ideas en productos reales. Su mensaje es nítido: las herramientas actuales confieren una ventaja a los jóvenes con iniciativa. A la vez, advierte que la automatización eliminará totalmente algunas categorías de empleo y que el mayor reto está en los profesionales de más edad reacios a reciclarse. En paralelo, trabaja con Jony Ive en un dispositivo de IA que podría sustituir al móvil.

El entusiasmo, sin embargo, convive con visiones más sombrías. Mo Gawdat prevé una disrupción a gran escala para 2027 en la que ningún empleo sería inmune, y Geoffrey Hinton ha alertado sobre la opacidad operativa de las máquinas. La síntesis para empresas y talento: gran ventana de creación, sí, pero en un mercado que exigirá adaptabilidad real.

La IA también es geopolítica: el pulso por los chips

Tras años de sanciones, Estados Unidos ha virado hacia una estrategia de “suministro controlado” para que China dependa de GPU avanzadas, pero limitadas, como la NVIDIA H20. La Administración del Ciberespacio de China (CAC) investiga ese chip ante la sospecha de posibles puertas traseras; NVIDIA ha respondido públicamente negando cualquier backdoor, interruptor de desactivación o software espía. El desenlace importa: una resolución adversa podría costar a NVIDIA buena parte de sus ingresos en el país.

China, por su parte, acelera la independencia: impulsa el uso de hardware local en grandes modelos de IA y ya tiene bazas propias. Huawei ha refinado su familia Ascend durante más de cinco años; el 910D aspira a superar a la H100 y el nuevo Ascend 920 apunta justo al espacio de la H20, con producción a gran escala prevista para la segunda mitad de 2025 en tecnología de 6 nm junto a SMIC. Moore Threads también compite con sus MTT S4000 y S3000 (y una S80 centrada en consumo). El mensaje de fondo es inequívoco: la carrera por la autosuficiencia tecnológica está en marcha.

Privacidad en jaque: lo que hacen los navegadores con IA

Un estudio reciente del University College London y centros de Italia analizó diez navegadores y asistentes con IA populares (entre ellos ChatGPT, Copilot y Merlin). Con la excepción de Perplexity AI, todos mostraron señales de recopilar información sensible: desde datos bancarios y registros sanitarios hasta números de la seguridad social. Los investigadores observaron que, en muchos casos, se transmitía a los servidores el contenido completo de las páginas visitadas.

Casos concretos preocupan: Merlin y Sider registraban actividad en sitios privados; en Copilot, historiales de chat persistían entre sesiones. Además, estos asistentes infieren edad, género, ingresos e intereses, y algunas extensiones comparten datos con servicios como Google Analytics. Los autores advierten de posibles vulneraciones legales en EE. UU. y, especialmente, del RGPD en la Unión Europea. La conclusión es clara: la comodidad de la IA no puede traducirse en pérdida de control del usuario sobre su información.

El mercado habla: IA integrada en el hardware de consumo

Las campañas Samsung Days y Smart Days de MediaMarkt y El Corte Inglés dejan otra pista: la IA se vuelve argumento de compra en el portátil de cada día. El Samsung Galaxy Book5 Pro, con funciones de inteligencia artificial a través de Copilot+, se ofrece con una configuración potente (pantalla táctil de 14 pulgadas WQXGA+, Intel Core Ultra 5, 1 TB SSD y 16 GB de RAM). Junto a él, productos como el Samsung Galaxy Watch7, el LG gram de 16 pulgadas o el Galaxy A36 5G evidencian cómo el ecosistema de dispositivos se alinea con la promesa de productividad y salud conectada.

Más allá del precio, lo relevante es la señal: la IA abandona la vitrina de los laboratorios para instalarse en el catálogo mainstream, acelerando expectativas de adopción y uso cotidiano.

China acelera con DeepSeek y crecen las reticencias fuera

Seis meses después de irrumpir en los mercados, DeepSeek se ha convertido en un fenómeno en China, con presencia que va de juzgados a hospitales. Al mismo tiempo, países de todo el mundo están bloqueando su uso por temor a su vínculo con Pekín y a la vulneración de datos. Este doble movimiento resume bien el momento: la demanda de IA crece a gran velocidad, pero la legitimidad depende cada vez más de cómo se gobiernan los datos y de quién controla la tecnología.

En conjunto, 2025 está trazando el mapa de la próxima década: talento joven empoderado, cadenas de suministro en recomposición, productos con IA que llegan al gran público y una conversación urgente sobre privacidad y confianza. La ventaja competitiva no será solo quién corre más, sino quién sabe hacerlo sin perder a la sociedad por el camino.

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