En 2025, cinco historias tech se entrelazan para mostrar cómo la IA, la gestión de datos y la tecnología gobiernan decisiones, experiencias de usuario y procesos de investigación. Desde el renacer de una app de vídeos cortos hasta una iniciativa académica que utiliza IA para entender tablillas antiguas, estas noticias revelan una tendencia clara: humanos y máquinas trabajan mejor cuando se complementan, y los datos deben poder viajar entre formatos y dominios sin barreras.
La resurrección de Vine y el veto a la IA
El proyecto DiVine propone la total vuelta del modelo de Vine, la app de vídeos de 6 segundos. Gracias a la herencia de datos de la antigua Twitter, las cuentas y vídeos de Vine pueden estar operativos de nuevo y los creadores pueden volver a publicar con su perfil de hace más de diez años. Además, la noticia apunta a un veto a la IA en este nuevo ciclo, marcando un intento de definir límites y usos en esta resurrección tecnológica.
NotebookLM: investigación impulsada por IA que acepta más formatos
NotebookLM, la herramienta de IA para investigación de Google, se fortalece con Deep Research. Este asistente diseña planes de investigación, recorre cientos de sitios y genera informes detallados con fuentes confiables, todo dentro del cuaderno de NotebookLM. Hay dos modos de trabajo: Fast Research y Deep Research. Además, ahora es compatible con más formatos: Google Sheets, documentos de Word, imágenes y PDFs desde Google Drive, y la posibilidad de analizar archivos desde URL. Los resúmenes en audio y video amplían las perspectivas, y la idea es convertir la plataforma en un entorno de investigación completo, donde la recopilación de fuentes, la generación de informes y la transformación de contenidos se hacen en un único espacio.
La evolución no se detiene: la carga de imágenes, como apuntes manuscritos o material impreso, está en desarrollo, y la opción de analizar PDFs desde Drive simplifica significativamente el flujo de trabajo para estudiantes y profesionales de investigación.
Google Maps y la visibilidad real de los Supercargadores de Tesla
Google Maps añade una función clave para la movilidad eléctrica: la información en tiempo real sobre la velocidad de carga y la disponibilidad de los Supercargadores de Tesla. Ahora se puede ver el total de plazas y las plazas libres de cada estación, permitiendo elegir la estación que mejor encaje según rapidez y disponibilidad. Esta información, ya disponible en las pantallas de los coches de Tesla, se democratiza para todos los usuarios y es accesible desde iOS, Android, Android Auto y en las pantallas de los vehículos Tesla. Aunque aún no hay predicciones, supone un paso hacia un ecosistema más abierto y práctico.
Microsoft, OpenAI y la nueva realidad competitiva
Un análisis reciente apunta a que Microsoft lideró la primera oleada de IA generativa con OpenAI, pero frenó su expansión en 2024. Esa pausa permitió que Oracle se quedara con contratos valorados en 420.000 millones de dólares con OpenAI, lo que se tradujo en un beneficio bruto estimado de 150.000 millones a cinco años. Con ese giro, Microsoft ha pasado a depender de alquilar capacidad a neoclouds, mientras competidores como Google, Amazon, CoreWeave, Nscale y SB Energy firman acuerdos relevantes. El contrato de OpenAI expira en 2032, y la historia sugiere un mapa más diversificado de proveedores para la IA empresarial, con un enfoque en seguridad y localización.
Digital Pathways to the Hittite World: IA y filología en la Anatolia antigua
En Würzburg nace Digital Pathways to the Hittite World, un proyecto que combina filología y IA para estudiar miles de tablillas hititas. A través del Hethitologie-Portal Mainz, que acumula unas 30.000 tablillas digitalizadas, se busca ordenar, estandarizar y vincular metadatos para facilitar búsquedas complejas. El proyecto utiliza el modelo lingüístico alemán Lämmlein para entrenar una IA en hitita, con el objetivo de reconocer patrones lingüísticos, proponer reconstrucciones y ayudar a recomponer tablillas fragmentadas. Además, se digitalizan diarios de excavación y se trabaja en la clasificación automática de vasijas y fragmentos para entender cronologías de forma más objetiva. Todo ello se propone sin reemplazar a los filólogos, sino potenciarlos, y con la visión de convertir el repositorio en una red de datos interconectados que transforme la investigación en hititología.
En conjunto, estas cinco historias muestran una década en la que la IA ya no es solo una herramienta: es un socio que amplía lo que podemos lograr cuando los datos están bien organizados, los formatos son interoperables y las fronteras entre disciplinas se desdibujan.