En 2025, la tecnología parece empujar dos curvas a la vez: la IA que busca hacerse más cercana y útil en la vida cotidiana, y un hardware móvil que ya no es solo una pantalla, sino una pequeña oficina en el bolsillo. Cinco noticias recientes nos permiten ver esa intersección con claridad, destacando temas de seguridad, innovación y negocio en el ecosistema tech.
En el terreno de la seguridad y el espionaje, Hutíes desarticularon y arrestaron a una red de espionaje vinculada a la CIA, con confesiones de espías vinculados a inteligencias de tres países. Este fenómeno subraya, a nivel global, la importancia de la seguridad en un mundo cada vez más dependiente de tecnologías de la información y la comunicación.
En la carrera de la inteligencia artificial, OpenAI se ha visto empujada a declarar código rojo para mejorar ChatGPT tras la presión de Google. Según un memo citado por WSJ, la empresa pospone proyectos para concentrar recursos en optimizar la experiencia diaria de ChatGPT, especialmente en personalización, velocidad, fiabilidad y capacidad de responder a un rango más amplio de preguntas. La situación ha surgido en un contexto donde Gemini 3 de Google ha mostrado un crecimiento destacado y ha superado a OpenAI en pruebas de referencia, impulsando la conversación sobre el liderazgo en IA. Se habla de una estrategia interna con tres códigos de color (amarillo, naranja y rojo) para describir la urgencia, y de un nuevo modelo de razonamiento que podría llegar próximamente. Aun con más de 800 millones de usuarios semanales de ChatGPT y un Gemini 3 que aproxima a los rivales, la rentabilidad sigue siendo un reto para OpenAI, que busca ingresos a gran escala para sostener sus inversiones en centros de datos.
El ecosistema tecnológico no está exento de críticas y reflexión. En un tono más analítico, Enrique Dans comenta sobre la volatilidad del negocio de consultoría ante la disrupción tecnológica, recordándonos que las empresas deben adaptarse a ritmos y modelos de trabajo profundamente cambiantes. Esta reflexión encaja con un momento en el que las grandes iniciativas de IA y hardware móvil requieren nuevas habilidades, alianzas y enfoques estratégicos para sobrevivir y prosperar.
En el frente del hardware, Samsung ha llevado el concepto de plegables a un nuevo nivel con el Galaxy Z TriFold: un móvil triple plegable con dos bisagras que se transforma en una tablet de 10 pulgadas. En modo desplegado ofrece una pantalla interior de 10 pulgadas con Dynamic AMOLED 2X, 1.600 nits de brillo y 120 Hz, mientras que el exterior mantiene una pantalla de 6,5 pulgadas con 2.600 nits. El dispositivo presume un grosor mínimo de 3,9 mm y un peso de 309 gramos, con una batería de 5.600 mAh, carga rápida de 45 W y cámara trasera de 200 MP acompañada de sensores de 12 MP y 10 MP, además de un conjunto de cámaras frontales de 10 MP. Bajo el capó se encuentra un Snapdragon 8 Elite, 16 GB de RAM y hasta 1 TB de almacenamiento. La promesa de este tri-plegable es convertir la experiencia móvil en una productividad más cercana a la de una tablet, especialmente para multitarea con tres apps simultáneas. El lanzamiento arranca en Corea en diciembre y se extenderá a EE. UU. y otros mercados en 2026, con un precio aún no confirmado y, por el momento, sin planes para Europa. Este movimiento sitúa a Samsung como referente en un segmento de plegables cada vez más competitivo, donde la delgadez, la durabilidad de las bisagras y la carga de trabajo multimedia marcan la diferencia.
En resumen, 2025 nos muestra un año de transiciones: una IA que busca afinar la experiencia día a día ante la competencia feroz, y un hardware móvil que se acerca a convertir la experiencia de una tablet en la palma de la mano. Todo ello, mientras la seguridad y la consultoría tecnológicas deben adaptarse a ritmos y desafíos que no muestran señales de ceder. El camino convergente de software, hardware y seguridad promete redes más rápidas, interfaces más naturales y negocios que deben reinventarse para no perder el ritmo de un sector en constante cambio.