IA en el salón, empleos y hardware: cinco historias que marcan el ritmo de la era generativa

La inteligencia artificial ya no es una promesa lejana; está entrando con fuerza en la vida diaria, especialmente en el salón de casa. Los acuerdos entre gigantes y la evolución de los dispositivos conectados están dibujando un panorama en el que hablar con máquinas no es opcional, sino parte natural de la experiencia tecnológica.

Una de las noticias más claras es que Copilot estará integrado en las Smart TVs y monitores de Samsung. Microsoft y Samsung anunciaron que Copilot formará parte de esas pantallas, lo que abre la puerta a una IA que no sólo responde, sino que acompaña la experiencia audiovisual con información visual y recomendaciones. Imagina pedir que te resuma lo visto de una serie, que te sugiera una película o que te dé detalles sobre el director mientras navegas por la sala de casa. Y todo ello con una voz natural que conversa con nosotros, no solo con comandos. Además, la IA para altavoces inteligentes promete una interacción cada vez más fluida, acercando la sala a un ecosistema de asistencias generativas.

El salto hacia una IA conversacional no se queda en la televisión. En cuanto a hardware, los altavoces inteligentes están listos para una próxima frontera impulsada por IA generativa: conversar con estos dispositivos podría convertirse en una experiencia más rica y útil, más allá de simples comandos de voz.

En una jugada estratégica, Microsoft ha dejado claro que no quiere depender sólo de OpenAI. MAI-1-preview, un modelo de tipo mixture-of-experts entrenado íntegramente en sus laboratorios, se puede probar en Direct Chat y llegará a Copilot con limitaciones en texto. Más allá, MAI-Voice-1 apunta a una voz más natural y expresiva: un minuto de audio puede generarse en menos de un segundo con una sola GPU, situándose entre los sistemas más eficientes del mercado. Estas herramientas fortalecen un ecosistema donde la voz será la interfaz dominante para los asistentes de IA, acelerando la carrera por una experiencia de usuario más humana y fluida.

En el plano de la seguridad, una alerta reciente recuerda que el crecimiento de IA y conectividad trae consigo riesgos reales. Un fallo de seguridad de tipo “zero-click” en WhatsApp y Apple permitía a atacantes infectar dispositivos sin que el usuario interactuara; la vulnerabilidad fue parcheada, pero la noticia subraya que la seguridad en un mundo de IA generativa es un terreno dinámico y crítico. Menos de 200 personas fueron notificadas como posibles víctimas, lo que no elimina la cautela necesaria al navegar por estas tecnologías.

Por último, Samsung avanza con claridad hacia el cierre de una era en sus wearables. Los smartwatch con TizenOS tienen las horas contadas: el 30 de septiembre de 2025 será la fecha límite para descargar contenidos y, tras las fases de cierre iniciadas en 2024 y 2025, la Galaxy Store dejará de permitir descargas. Los Galaxy Watch 4 y 4 Classic recibirán WearOS 6, y si bien las apps ya descargadas seguirán funcionando, no podrá volver a descargarlas si se borran. Este movimiento marca una transición importante hacia WearOS como ecosistema único y subraya la necesidad de actualizarse para seguir recibiendo servicios y actualizaciones.

En síntesis, estas cinco historias dibujan un mapa claro: la IA se expande en el salón, en el trabajo y en dispositivos personales, pero traerá retos de privacidad, seguridad y la necesidad de reimaginar habilidades y educación para aprovechar su potencial. Quien logre integrar IA de forma útil, sin invadir la vida cotidiana, estará en el centro de una revolución que apenas empieza.

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