La tecnología avanza por múltiples rutas que prometen IA más eficiente, autónoma y resiliente. Cinco noticias recientes muestran un paisaje donde hardware inspirado en el cerebro, creatividad comunitaria, aprendizaje asistido por IA, cambios laborales y seguridad de sistemas conviven para impulsar una nueva generación de tecnología.
En Corea del Sur, KAIST presentó un chip neuromórfico llamado neuristor de conmutación de frecuencia. Este dispositivo aprende y se adapta por sí mismo, gracias a la plasticidad intrínseca de las neuronas. Combina dos memristores, uno que dispara señales y otro que recuerda lo ocurrido, para regular la frecuencia de disparo y, así, su respuesta. Este aprendizaje interno va más allá de imitar la comunicación neuronal: el chip puede autoadaptarse sin intervención externa.
El avance no es solo conceptual: una simulación sugiere que, gracias a una arquitectura de red neuronal esparcida, se puede mantener más del 90% de la precisión incluso cuando se eliminan gran parte de las conexiones. Además, el chip demuestra una eficiencia energética destacable: reduce el consumo en un 27,7% al comparar con enfoques no neuromórficos. Estas cualidades lo hacen apto para dispositivos de borde, robots autónomos o sensores que operan con energía limitada, abriendo camino a sistemas inteligentes más pequeños, rápidos y sostenibles. Publicado en Advanced Materials, este trabajo destaca la posibilidad de compor sistemas que aprenden a nivel individual, como una neurona real, y que continúan funcionando pese a daños, gracias a la plasticidad intrínseca.
En otra esquina del ecosistema, la creatividad de la comunidad demuestra el impacto de la IA en el entretenimiento y el desarrollo de software. Un mod de The Simpsons: Hit & Run, titulado Futurama: Hit & Run, transforma Springfield en una recreación de Nueva Nueva York con diálogos generados por IA y Fry como protagonista. El proyecto, desarrollado por Slurm Team, ya dispone de una demo gratuita para PC y cuenta con la aprobación del diseñador original. Este ejemplo ilustra cómo la IA no solo impulsa la industria sino también a los fans a reimaginar universos conocidos, con un resultado que ha llamado la atención de creadores y comunidades.
En el terreno de la educación y la productividad, NotebookLM se propone como una herramienta para transformar tutoriales y contenidos en cuadernos de conocimiento a medida. El sistema permite subir fuentes como vídeos de YouTube y artículos, para crear guías de estudio estructuradas, generar resúmenes, preguntas y tarjetas didácticas, y responder preguntas directamente desde el cuaderno. Todo ello se puede usar para aprender IA, Python y otros temas, facilitando la revisión y el repaso sin depender de la reproducción de horas de vídeo.
En la Cumbre Mundial NDTV 2025, Nitin Mittal, jefe global de IA en Deloitte, abordó el impacto de la IA en el trabajo. Admitió que ciertos roles, como ingeniería de software, atención al cliente, centros de llamadas y programación, podrían verse afectados, pero enfatizó que la IA no elimina empleos de forma directa; más bien transforma la forma de trabajar. Abogó por una mentalidad de “all-in on AI” y subrayó que la clave está en la curiosidad y el aprendizaje continuo para prosperar en la era de la IA.
Por último, las noticias de seguridad recuerdan que la tecnología también necesita vigilancia constante. Windows enfrenta dos fallos de seguridad importantes: CVE-2025-59287, relacionado con la ejecución remota de código en servicios de actualización de Windows Server a través de un gusano informático, y CVE-2025-9491, un fallo de día cero que, al momento, no tiene una solución prevista. Con servidores WSUS expuestos a Internet, estas vulnerabilidades destacan la importancia de parches y de una gestión de seguridad proactiva en infraestructuras críticas.
En conjunto, estas historias revelan una década en la que aprender a aprender, cuidar la seguridad y reimaginar usos y contextos de la IA ya no es opcional. La inteligencia artificial se está volviendo más cercana, capaz de aprender y adaptarse, y su adopción exige talento, resiliencia y una mirada ética a la seguridad de las redes y los datos.