La industria tecnológica está viviendo una aceleración en la integración entre hardware inmersivo, software potenciado por IA y nuevas formas de gestionar la información. En un mismo plano, Samsung presenta Galaxy XR, unas gafas de realidad mixta impulsadas por Android XR gracias a una colaboración con Google y Qualcomm; y OpenAI impulsa Atlas, un navegador cuyo núcleo es ChatGPT con ideas de convertirse en un entorno operativo de IA. Dos movimientos ambiciosos que resumen una tendencia clara: interfaces más naturales, IA integrada en el día a día y ecosistemas abiertos que conectan hardware y software de forma fluida.
Galaxy XR llega con un conjunto de especificaciones y un enfoque de diseño que miran de frente a la competencia. Su panel micro-OLED de 27 millones de píxeles, con un pixel pitch de 6,3 micras, ofrece una resolución y claridad pensadas para una experiencia AR realista, complementada por una tasa de refresco de 90 Hz y una cobertura de color del 95% DCI-P3. El peso se mantiene en 545 gramos gracias a una batería externa, conectada a través de una power bank en uno de los laterales, y la sujeción está pensada para la nuca con almohadillas suaves y la posibilidad de adaptar la dioptría, incluso con lentes graduadas.
En su interior, Samsung recurre al chip Qualcomm Snapdragon XR2+ Gen 2 y a una batería diseñada para sostener horas de uso. El sistema integra múltiples sensores y cámaras: dos cámaras para pass-through, seis cámaras externas para mapear el entorno, dos cámaras para seguimiento de ojos y cinco sensores de profundidad y parpadeo, junto con biometría de iris para desbloqueo y acceso sin contraseñas. El conjunto se completa con 16 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento, WiFi 7 y Bluetooth 5.4, y un sonido estéreo con seis micrófonos y dos altavoces.
Samsung destaca que Galaxy XR llega a un precio de 1.799,99 dólares y, por ahora, está disponible en Estados Unidos y Corea del Sur. En el terreno del software, el estreno de Android XR trae una interfaz orientada a gestos, transparencias y control por mirada, con una filosofía de compatibilidad abierta que permite ejecutar apps Android desde el primer día. Gemini, la IA integrada, se aprovecha de esta plataforma para ofrecer una experiencia de IA contextual y un conjunto de funciones avanzadas, como Circle to Search, que facilita obtener explicaciones sobre objetos o textos señalados en la escena mediante un simple gesto.
Además, Samsung ha introducido suscripciones gratuitas junto con la compra de las Galaxy XR para enriquecer la experiencia, y la compañía subraya que, aunque el precio es elevado, está casi un 50% por debajo del coste de las Apple Vision Pro. La disponibilidad inicial en EE. UU. y Corea del Sur refuerza la idea de que este producto es un primer paso en un mercado que podría expandirse pronto a más regiones.
Más allá del hardware, Galaxy XR representa una apuesta por la interoperabilidad entre hardware y software. Android XR propone una plataforma abierta para que otros fabricantes adopten el sistema, mientras Gemini se integra de forma nativa para potenciar la interacción con las apps y el entorno real. En este sentido, Samsung enfatiza una experiencia de usuario cómoda para sesiones prolongadas y una arquitectura pensada para trabajo, juego y entretenimiento en casa.
La propuesta de Samsung se enlaza con la visión de Atlas de OpenAI en el terreno de la navegación y la productividad. Atlas, basado en Chromium, integra ChatGPT en el núcleo y añade una barra lateral Ask ChatGPT para resumir, traducir, extraer información y completar tareas en la web sin salir de la página. Con un modo Agent semiautónomo, el navegador puede abrir pestañas, buscar información, planificar eventos o incluso gestionar compras en línea, siempre bajo controles visibles para detener o supervisar las acciones del agente y con límites que evitan ejecutar código o interactuar con otras apps.
La experiencia de Atlas se refuerza con opciones de privacidad y memoria: el usuario puede activar memorias para recordar información relevante de sitios visitados y hacerla disponible para respuestas futuras, o mantener esas memorias privadas y gestionarlas fácilmente. También se incorporan etiquetas ARIA para facilitar la interacción con páginas accesibles. Internet, dicen, se beneficiará de una navegación más inteligente y contextual gracias a estas integraciones.
OpenAI ha dejado claro que Atlas llegará primero a macOS, con planes de Windows, iOS y Android en el horizonte, y que ya está disponible para usuarios gratuitos y de pago, con versiones para empresas en desarrollo. Para fomentar la adopción, la empresa ofrece una promoción que amplía algunos límites de uso durante siete días a quienes establezcan Atlas como navegador predeterminado. Con estas capacidades, Atlas aspira a convertirse en un entorno operativo de IA, un posible “Windows de la IA” que amplía las posibilidades de interacción entre usuario, web y modelos de IA.
Estas iniciativas conviven con una lectura estratégica más amplia sobre la industria: OpenAI lanza de forma casi constante nuevos servicios y productos —Atlas es solo una pieza de un ecosistema que ha incluido, entre otros, Sora, AgentKit o integraciones con NVIDIA y Broadcom—, lo que ha llevado a debates sobre una economía de la atención en la que la prominencia de la marca y la rapidez de los lanzamientos buscan mantener a los usuarios en su ecosistema, incluso si la promesa de una AGI de momento queda en segundo plano. En este contexto, Atlas podría verse como un intento de convertir a OpenAI en un estándar de navegación asistida por IA, más que como un simple producto aislado.
Por último, una perspectiva adicional proviene de miradas externas que señalan que la nueva generación de herramientas IA está en un punto de inflexión: el procesamiento de información y la memoria de los sistemas de IA están evolucionando de forma acelerada, desde compresión de contexto hasta navegadores con memoria integrada y gestos multimodales. En este marco, DeepSeek-OCR ofrece otro ángulo de innovación: la compresión óptica de contexto convierte texto en imágenes para reducir la carga de procesamiento y ampliar ventanas de contexto, un enfoque que podría enriquecer tareas empresariales que requieren entender grandes volúmenes de información sin depender únicamente de texto tradicional.
En resumen, la convergencia entre Galaxy XR, Android XR y Gemini por un lado, y Atlas con su enfoque de navegador inteligente y memoria por el otro, junto con innovaciones como DeepSeek-OCR, dibujan un panorama en el que la experiencia del usuario se transforma gracias a IA integrada, acceso abierto a ecosistemas y atención a la privacidad y el control del usuario. El viaje hacia una era de interfaces más humanas y eficaces ya está en marcha, y las próximas entregas prometen ampliar aún más las fronteras entre lo real y lo digital.